
A veces, la vida se siente como un torbellino: días que corren demasiado rápido, preocupaciones que pesan en el pecho, momentos en los que no sabemos a dónde mirar. Y entonces, en medio de todo eso, me detengo y pienso en una oración al Padre Celestial. No hace falta que sea perfecta, ni que use palabras elegantes. Es solo un susurro desde el corazón, como hablar con alguien que siempre ha estado ahí, escuchando.
Oración:
Padre Celestial, tú que pintas los cielos con amaneceres de esperanza y cubres la noche con un manto de estrellas, hoy me acerco a ti con el corazón abierto. Gracias por ser mi refugio en los días grises, por escuchar mis silencios cuando las palabras no alcanzan, y por sostener mis pasos cuando el camino se vuelve incierto. Te pido que ilumines mi alma con tu paz, esa que no entiendo pero que siempre encuentro en ti. Guía mis manos para hacer el bien, mis ojos para ver lo hermoso en los demás, y mi espíritu para no perder la fe, aunque las tormentas soplen fuerte. Padre, gracias por tus bendiciones que no siempre veo, por el amor que me das sin medida, y por ser el faro que me trae de vuelta cuando me pierdo. En tus brazos deposito mis sueños, mis miedos y mi gratitud, sabiendo que contigo todo encuentra sentido. Amén.
Padre: Cándido Rubio🙏♥️
(También te puede interesar: Oración a Dios Nuestro Señor)
Gracias Padre Celestial por tus Bendiciones
Imagínate por un segundo: cerrar los ojos, respirar hondo y decir algo tan simple como, 'Padre Celestial, aquí estoy. No sé cómo resolver todo esto, pero confío en que tú sí lo sabes'. Esa oración al Padre Celestial no es solo pedir ayuda; es también soltar un poco el peso, dejar que alguien más grande lo cargue por ti. Es sentir que no estás solo, que hay un amor inmenso que te envuelve, aunque no lo veas.
Recuerdo una vez, hace años, cuando todo parecía desmoronarse. Estaba sentado en mi cuarto, con la cabeza entre las manos, y de repente salió una oración al Padre Celestial: 'Por favor, dame fuerzas, no te pido más'. No hubo relámpagos ni voces del cielo, pero poco a poco sentí una calma que no puedo explicar. Fue como si alguien me dijera, sin palabras, 'Estoy contigo, sigue adelante'.
Hoy te invito a probarlo. No importa si es en voz alta o en silencio, si estás en una iglesia o en el caos de tu rutina. Una oración al Padre Celestial puede ser tan sencilla como, 'Gracias por este día, ayúdame a no perderme'. Es un puente entre tú y Él, un momento para recordar que, aunque el mundo gire loco, hay algo, alguien, que nunca se mueve de tu lado.
¿Y tú? ¿Qué le dirías en tu oración al Padre Celestial hoy? No hay reglas, solo tu voz y su oído atento."