
El Salmo 35 Reina Valera es una de las oraciones más poderosas de la Biblia para clamar protección divina, justicia y liberación frente a enemigos visibles e invisibles. Esta oración, cargada de fuerza espiritual, ha sido utilizada durante siglos para enfrentar situaciones de injusticia, ataques espirituales y maldiciones que buscan desestabilizar nuestra vida. En este artículo descubrirás cómo orar el Salmo 35 con fe, su profundo significado y cómo puede convertirse en tu escudo espiritual diario frente a toda adversidad.
Aquí tienes el Salmo 35 (completo)
1.Ataca, Señor, a los que me atacan, combate a los que me combaten.
2.Ponte la armadura, toma el escudo, y te levantas para venir a socorrerme.
3.Blandes la lanza y el hacha contra mis perseguidores, y a mí me dices: "¡Yo soy tu salvación!"
4.Que sean humillados y fracasen los que quieren mi vida, que retrocedan y sean confundidos los que rumian mi desgracia.
5.Que sean como pelusa al viento, acosados por el ángel del Señor.
6.Que su camino sea oscuro y resbaladizo, perseguidos por el ángel del Señor.
7.Sin motivo me tendieron una trampa, y cavaron una fosa para mí.
8.Que sin aviso venga sobre ellos la ruina, que queden atrapados en su trampa y caigan en su fosa.
9.Y mi alma se alegrará en el Señor, muy contenta con su intervención.
10.Todo mi ser exclamará: " Señor, ¿quién hay como tú, que libras al débil de la mano del fuerte, y al pobre y al pequeño del que los despoja?"
11.Falsos testigos se levantan en mi contra, me interrogan por cosas que yo ignoro;
12.me devuelven mal por bien, y me miran cómo me debato.
13.Pero yo, cuando se enfermaban, me vestía de saco, ayunaba, hacía penitencia, y no cesaba de rezar por ellos.
14.Caminaba sin rumbo como por un amigo o un hermano, me curvaba de tristeza como quien llora a su madre.
15.Pero en cuanto caí, se alegraron y se juntaron todos contra mí como extranjeros o desconocidos.
16.Sin cesar me desgarran esos hipócritas, burlándose de mí continuamente y rechinando contra mí los dientes.
17.Señor, ¿te quedarás mirando? Rescátame de los leones rugientes, pues no tengo sino una vida.
18.Te daré gracias en la gran asamblea, te alabaré cuando esté todo el pueblo.
19.Que no se rían los que me odian sin razón, ni se guiñen el ojo, pues no tienen excusas.
20.Esa gente no quiere la paz para los pacíficos del país; siniestros planes han maquinado
21.y hablan abiertamente contra mí: "¡Sí, sí", dicen, "nosotros lo hemos visto!"
22.Tú, Señor, que lo has visto, no te quedes callado, ¡no te apartes de mí, Señor!
23.Despiértate y levántate, que es tiempo de juzgar. Señor, Dios mío, toma mi defensa.
24.Júzgame, Señor, tú que eres justo, y que no puedan reírse de mí,
25.ni digan: "¡Salió tal como queríamos, al fin lo hemos devorado!"
26.Queden avergonzados y humillados, todos los que se ríen de mi desgracia. Queden cubiertos de infamia y de desprecio los que se alzan contra mí.
27.Ríanse y alégrense los que creen en mis derechos, y que puedan decir siempre: "¡Grande es el Señor, pues supo defender a su servidor!"
28.Yo les diré que tú eres justo, todo el día te alabaré.
✨ ¿Qué es el Salmo 35 y por qué es tan poderoso?
El Salmo 35 fue escrito por el rey David, un hombre que enfrentó enemigos, traiciones y persecuciones, pero que siempre buscó refugio en Dios. Este salmo es una petición de intervención celestial, donde se pide a Dios que defienda a su siervo, que confunda a los enemigos y que imparta justicia.
Biblia hablada en español (Salmos 35 Reina Valera)
💡 El Salmo 35 como escudo diario (protección contra enemigos)
Incluir el Salmo 35 en tu rutina espiritual diaria puede ayudarte a:
- Mantenerte firme frente a los ataques del enemigo.
- Superar momentos de injusticia o traición.
- Proteger tu espíritu y tu mente del desánimo y el temor.
- Aumentar tu confianza en el poder de Dios.
Puedes leerlo cada mañana antes de salir de casa o antes de dormir, como parte de tu devocional diario.
🙏 Oración de Protección y Liberación Inspirada en el Salmo 35
Señor, mi Dios, levántate como guerrero en mi defensa.
Contiende contra los que me atacan, pelea contra los que me persiguen.
Toma tu escudo y tu armadura, y ven en mi auxilio.
Haz retroceder a los que buscan mi mal, que se avergüencen los que traman mi caída.
Tú eres mi justicia y mi libertador,
no permitas que mis enemigos se alegren por mi dolor.
Rompe las trampas que han puesto a escondidas,
haz que caigan en la red que prepararon para mí.
Te alabaré en medio de la multitud,
proclamaré que tú eres justo y misericordioso.
Fortalece mi alma, líbrame del odio sin causa,
y que tu luz me cubra como un escudo de victoria.
Amén.