Los 10 Mandamientos de Dios: Una Guía Eterna en la Biblia
Los 10 Mandamientos, también conocidos como el Decálogo, representan la ley moral fundamental que Dios entregó a la humanidad. Estas normas, reveladas en el Antiguo Testamento, no solo son un pilar histórico y religioso, sino una guía perpetua para vivir en armonía con Dios y con nuestro prójimo. Este artículo explora los 10 Mandamientos según la Biblia, específicamente en la versión Reina Valera, y analiza sus diferentes interpretaciones.
¿Qué son los 10 Mandamientos de la Ley de Dios?
Los 10 Mandamientos de la ley de Dios fueron entregados por el Creador a Moisés en el Monte Sinaí, un evento descrito en la Biblia con manifestaciones poderosas como truenos, humo y el sonido de una trompeta, que destacaban la solemnidad del momento. Este código ético se encuentra registrado en dos libros de la Biblia: Éxodo 20 y Deuteronomio 5. Aunque las listas son esencialmente idénticas, Deuteronomio presenta ligeras variaciones en la redacción, enfatizando aspectos diferentes tras los 40 años de travesía por el desierto.
A continuación, presentamos las listas en su forma corta, completa y según las tradiciones judía y católica.
La Lista de los 10 Mandamientos (Forma Breve)
- No tendrás otros dioses delante de mí.
- No te harás ídolos ni imagen alguna para adorarla.
- No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano.
- Acuérdate del día de reposo (sábado) para santificarlo.
- Honra a tu padre y a tu madre.
- No matarás.
- No cometerás adulterio.
- No hurtarás.
- No darás falso testimonio contra tu prójimo.
- No codiciarás los bienes ajenos.
Los 10 Mandamientos en Exodo 20:2-17 (Reina Valera)
«Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí.
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso…
No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano…
Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios…
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No hurtarás.
No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo».
Para comprender mejor el profundo significado y la relevancia actual de cada uno de estos mandamientos, te invitamos a ver el siguiente video
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Los 10 Mandamientos en Deuteronomio 5:6-21 (Reina Valera)
La lista en Deuteronomio es casi idéntica, pero introduce nuances importantes. Por ejemplo, en el cuarto mandamiento, usa la palabra "guardar" en lugar de "acordarse" y añade una razón adicional basada en la liberación de Egipto, no solo en la creación. El décimo mandamiento también presenta una estructura ligeramente distinta al listar los objetos de codicia.
Los 10 Mandamientos y sus Diferentes Numeraciones
Una de las mayores diferencias radica en cómo se numeran y agrupan estos preceptos entre distintas confesiones.
- Numeración Judía: Considera el preámbulo ("Yo soy el Señor tu Dios...") como el primer mandamiento. Los mandamientos contra los ídolos y el nombre de Dios se combinan en el segundo, y el mandamiento contra la codicia se mantiene como uno solo.
- Numeración Católica y Luterana: Omite el mandamiento sobre los ídolos como uno separado. Para mantener el número diez, divide el mandamiento sobre la codicia en dos: uno contra codiciar la esposa del prójimo y otro contra codiciar sus bienes. La principal diferencia entre católicos y luteranos es el orden de estos dos últimos.
Conclusión: ¿Una Ley Vigente?
Los 10 Mandamientos de la Biblia trascienden su contexto histórico. Para los creyentes, no son solo una regla antigua, sino una expresión de la carácter y voluntad de Dios para la humanidad. Estudianlos y reflexionar sobre ellos es el primer paso para entender el fundamento de la ley divina y su aplicación práctica en la vida diaria, guiando la relación con Dios y con las personas que nos rodean.
